Jueves de la trigesimocuarta semana de Tiempo Ordinario. San Andrés, Apóstol. 

30/11/2017 
PRIMERA LECTURA
La fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 9-18

Hermanos:

Si profesas con tus labios que Jesús es el Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación.

Pues dice la Escritura:

«Nadie que crea en él quedará confundido».

En efecto, no hay distinción entre judío y griego; porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan, pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».

Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído?; ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar?; y ¿cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie?; y ¿cómo anunciarán si no los envían? Según está escrito:

« ¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!».

Pero no todos han prestado oído al Evangelio. Pues Isaías afirma:

«Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?»

Así, pues, la fe nace del mensaje que se escucha, y viene a través de la palabra de Cristo.

Pero digo yo: «¿Es que no lo han oído? Todo lo contrario:

«A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los confines del orbe sus palabras».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 18, 2-3. 4-5
R. A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

Aleluya Mt 4, 19
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Venid en pos de mí – dice el Señor -.
    y os haré pescadores de hombres. R

 EVANGELIO
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.

Les dijo:

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.

Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Palabra del Señor.

Miércoles de la trigesimocuarta semana de Tiempo Ordinario. 

29/11/2017 
PRIMERA LECTURA
Aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo
Lectura de la profecía de Daniel 5, 1-6. 13-14. 16-17. 23-28

En aquellos días, el rey Baltasar ofreció un gran banquete a mil de sus nobles, y se puso a beber delante de los mil. Bajo el efecto del vino, mandó traer los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor había cogido en el templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey junto con sus nobles, sus mujeres y sus concubinas. Cuando trajeron los vasos de oro que habían cogido en el templo de Jerusalén, brindaron con ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y concubinas. Y mientras bebían vino, alababan a los dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera.

De repente, aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo sobre el revoque del muro del palacio, frente al candelabro, y el rey veía el dorso de la mano que escribía. Entonces su rostro palideció, sus pensamientos le turbaron, los músculos del cuerpo se le aflojaron, y las rodillas le entrechocaban.

Trajeron a Daniel ante el rey, y este le preguntó:

«¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados que trajo de Judea el rey mi padre? He oído decir de ti que posees el espíritu de los dioses, y que en ti se encuentran inteligencia, prudencia y una sabiduría extraordinaria.

He oído decir de ti que tú puedes interpretar sueños y resolver problemas; pues bien, si logras leer lo escrito y exponerme su interpretación, te vestirás de púrpura, llevarás al cuello un collar de oro y ocuparás el tercer puesto en mi reino».

Entonces Daniel habló así al rey:

«Quédate con tus dones y da a otro tus regalos. Yo leeré al rey lo escrito y le expondré su interpretación.

Te has rebelado contra el Señor del cielo, has hecho traer a tu presencia los vasos de su templo, para beber vino en ellos en compañía de tus nobles, tus mujeres y concubinas. Has alabado a dioses de plata y oro, de bronce y hierro, de madera y piedra, que ni ven, ni oyen, ni entienden; mientras que al Dios dueño de vuestra vida y tus empresas no lo has honrado. Por eso él ha enviado esa mano para escribir este texto.

Lo que está escrito es: “Contado, Pesado, Dividido.” La interpretación es ésta:

“Contado”: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha señalado el final; “Pesado”: te ha pesado en la balanza y te falta peso; “Dividido”: tu reino se ha dividido y se lo entregan a medos y persas».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Dn 3, 62. 63. 64. 65. 66. 67
R. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglo!

Sol y luna, bendecid al Señor. R.

Astros del cielo, bendecid al Señor. R.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor. R.

Vientos todos, bendecid al Señor. R.

Fuego y calor, bendecid al Señor. R.

Fríos y heladas, bendecid al Señor. R.

Aleluya Ap 2, 10c
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Sé fiel hasta la muerte – dice el Señor –
    y te daré la corona de la vida. R

 EVANGELIO
Todos os odiarán a causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.

Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor.