Viernes de la vigesimoprimera semana de Tiempo Ordinario.

01/09/2017
PRIMERA LECTURA
Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 1-8

Hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús:

Ya habéis aprendido de nosotros cómo comportarse para agradar a Dios; pues comportaos así y seguid adelante.

Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.

Esto es la voluntad de Dios: vuestra santificación, que os apartéis de la impureza, que cada uno de vosotros trate su cuerpo con santidad y respeto, no dominado por la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios.

Y que en este asunto nadie pase por encima de su hermano ni se aproveche con engaño, porque el Señor venga todo esto, como ya os dijimos y aseguramos: Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino santa. Por tanto, quien esto desprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL 96, 1 y 2b. 5-6. 10. 11-12
R. Alegraos, justos, con el Señor.

El Señor reina, la tierra goza,

se alegran las islas innumerables.

Justicia y derecho sostienen su trono. R.

Los montes se derriten como cera ante el Señor,

ante el Señor de toda la tierra;

los cielos pregonan su justicia,

y todos los pueblos contemplan su gloria. R.

Odiad el mal los que amáis al Señor:

él protege la vida de sus fieles

y los libra de los malvados. R.

Amanece la luz para el justo,

y la alegría para los rectos de corazón.

Alegraos, justos, con el Señor,

celebrad su santo nombre. R.

 

EVANGELIO
¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.

Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.

Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó una voz:

“¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”.

Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.

Y las necias dijeron a las prudentes:

“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.

Pero las prudentes contestaron:

“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.

Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:

“Señor, señor, ábrenos”.

Pero él respondió:

“En verdad os digo que no os conozco”.

Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

Palabra del Señor.

Abraza la Cruz y en ella abraza a Jesús

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Si Jesús no te ha sanado y tu dolor sigue,

y tu debilidad se sigue manifestando,

yo quisiera que te dieras cuenta

que lo que tienes no es dolor ni soledad, es cruz.

El dolor y la soledad matan,

pero la cruz se convierte en vida,

en anuncio de resurección.

La cruz es algo incomprensible y duro,

tal vez es tu complejo, tus miedos,

tu enfermedad, tu pobreza, tus heridas,

pero yo me atrevo a decirte

que abraces tu dolor como cruz

y abrazaras al mismo Jesús que está en ella.

Abraza la cruz y en ella abraza a Jesús,

para que terminen las tinieblas y así amanezca la luz.(bis)

 

Tu dolor destruye, tu soledad acaba contigo

mas si los abrazas como cruz,

te llevan a la resurrección.

 

Abraza la cruz y en ella abraza a Jesús,

para que terminen las tinieblas

y así amanezca la luz.(bis)

 

Dios me libre de gloriarme,

si no es en la cruz de Jesús,

en la que estoy muerto para el mundo

y el mundo esta muerto para mi.

 

Abraza la cruz y en ella abraza a Jesús,

para que terminen las tinieblas

y así amanezca la luz.(bis)

 

Domingo de la vigesimosegunda semana de Tiempo Ordinario.

03/09/2017
PRIMERA LECTURA
La palabra del Señor me ha servido de oprobio
Lectura del libro de Jeremías 20, 7-9

Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; has sido más fuerte que yo y me has podido

He sido a diario el hazmerreír, todo el mundo se burlaba de mí.

Cuando hablo, tengo que gritar: proclamar violencia y destrucción.

La palabra del Señor se volvió me ha servido de oprobio y desprecio a diario.

Me dije: «No lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre»; pero había en mis entrañas como fuego, algo ardiente encerrado en mis huesos.

Yo intentaba sofocarlo, y no podía.

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agostada, sin agua. R.

¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

Tu gracia vale más que la vida,

te alabarán mis labios. R.

Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

Me saciaré como de enjundia y de manteca,

y mis labios te alabarán jubilosos. R.

Porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo.

Mi alma está unida a ti,

y tu diestra me sostiene. R.

 

SEGUNDA LECTURA
Presentad vuestros cuerpos como sacrificio vivo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 21-12, 1-2

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto espiritual.

Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, que es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Palabra de Dios.

 

EVANGELIO
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16, 21-27

En aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenia que ser ejecutado y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».

Jesús se volvió y dijo a Pedro:

«¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo; porque tú piensas corno los hombres, no como Dios».

Entonces dijo a los discípulos:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a si mismo, tome su cruz y me siga.

Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.

¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta».

Palabra del Señor.