Miércoles de la vigesimoquinta semana de Tiempo Ordinario.

27/09/2017
PRIMERA LECTURA
Dios no nos ha abandonado en nuestra esclavitud
Lectura del libro de Esdras 9, 5-9

Yo, Esdras, a la hora de la ofrenda de la tarde salí de mi abatimiento y, con mi vestidura y el manto rasgados, me arrodillé, extendí las palmas de mis manos hacia el Señor, mi Dios, y exclamé:

«Dios mío, estoy avergonzado y confundido; no me atrevo a levantar mi rostro hacia ti, porque nos hemos hecho culpables de numerosas faltas y nuestros delitos llegan hasta el cielo.

Desde la época de nuestros padres hasta hoy hemos pecado gravemente. Por causa de nuestros delitos, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados a los reyes extranjeros, a la espada, a la esclavitud, al saqueo y a la vergüenza, como sucede todavía hoy.

Pero ahora, en un instante, el Señor nuestro Dios nos ha otorgado la gracia de dejarnos un resto y de concedernos un lugar en el templo santo. El Señor ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud.

Porque somos esclavos, pero nuestro Dios no nos ha abandonado en nuestra esclavitud, sino que nos ha otorgado el favor de los reyes de Persia, nos ha dado y respiro para reconstruir el el templo de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y nos ha proporcionado un refugio seguro en Judá y Jerusalén».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Tb 13, 2. 3-4. 6
R. Bendito sea Dios, que vive eternamente.

Bendito sea Dios, que vive eternamente;

y cuyo reino dura por los siglos.

Él azota y se compadece,

hunde hasta el abismo y saca de él,

y no hay quien escape de su mano. R.

Dadle gracias, hijos de Israel, ante los gentiles,

porque él nos dispersó entre ellos.

Proclamad allí su grandeza. R.

Ensalzadlo ante todos los vivientes:

que él es nuestro Dios y Señor,

nuestro padre por todos los siglos. R.

Él nos azota por nuestros delitos,

pero se compadecerá de nuevo,

y os congregará de entre las naciones

por donde estáis dispersados. R.

Que todos alaben al Señor

y le den gracias en Jerusalén. R.

 EVANGELIO
Les envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 1-6

En aquel tiempo, habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.

Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:

«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.

Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.

Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos».

Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.

Palabra del Señor.

Martes de la vigesimoquinta semana de Tiempo Ordinario.

26/09/2017
PRIMERA LECTURA
Terminaron el templo y celebraron la Pascua
Lectura del libro de Esdras 6, 7-8. 12b. 14-20

En aquellos días, el rey Darío escribió a los gobernantes de Transeufratina:

«Dejad que se reanuden las obras de ese templo de Dios. El gobernador de los judíos y los ancianos judíos reconstruirán este templo de Dios en el lugar que ocupaba. Estas son mis órdenes sobre lo que debéis hacer con los ancianos judíos para la reconstrucción del templo de Dios: de los ingresos reales procedentes de los tributos de Transeufratina, páguese puntualmente a esos hombres los gastos sin ningún tipo de interrupción.

Yo, Darío, he promulgado este decreto y quiero que sea ejecutado al pie de la letra».

Los ancianos judíos prosiguieron las obras con éxito, confortados por la profecía del profeta Ageo y de Zacarias, hijo de Idó. Edificaron y construyeron la reconstrucción, según el mandato del Dios de Israel y con la orden de Ciro, de Darío y de Artajerjes, reyes de Persia.

Así terminaron este templo el día tercero del mes de adar, el año sexto del reinado del rey Darío.

Los hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los demás repatriados celebraron con alegría la dedicación de este templo de Dios, ofrecieron cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y como sacrificio por el pecado de todo Israel, doce machos cabríos, según el número de las tribus de Israel.

También organizaron los turnos de los sacerdotes y las clases de los levitas para el servicio de Dios en Jerusalén, tal y como está escrito en el libro de Moisés.

Los repatriados celebraron la Pascua el día catorce del mes primero. Los sacerdotes y los levitas se habían purificado para la ocasión. Todos los purificados ofrecieron el sacrificio de la Pascua por todos los repatriados, por sus hermanos, los sacerdotes, y por ellos mismos.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 121, 1-2. 3-4a. 4b-5
R. Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:

«Vamos a la casa del Señor»!

Ya están pisando nuestros pies

tus umbrales, Jerusalén. R.

Jerusalén está fundada

como ciudad bien compacta.

Allá suben las tribus,

las tribus del Señor, R.

Según la costumbre de Israel,

a celebrar el nombre del Señor;

en ella están los tribunales de justicia,

en el palacio de David. R.

Desead la paz a Jerusalén:

«Vivan seguros los que te aman,

haya paz dentro de tus muros,

seguridad en tus palacios». R.

Por mis hermanos y compañeros,

voy a decir: «La paz contigo».

Por la casa del señor, nuestro Dios,

te deseo todo bien. R.

 EVANGELIO
Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, l9-21

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.

Entonces le avisaron:

«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte».

Él respondió diciéndoles:

«Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Palabra del Señor.

Lunes de la vigesimoquinta semana de Tiempo Ordinario.

25/09/2017
PRIMERA LECTURA
El que pertenezca al pueblo del Señor que suba a Jerusalén, a reconstruir el templo del Señor
Comienzo del libro de Esdras 1, 1-6

Comienzo del libro de Esdras.

El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para que se cumpliera la palabra del Señor por boca de Jeremías, el Señor despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, para que proclamara de palabra y por escrito en todo su reino:

«Esto dice Ciro, rey de Persia:

El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado que le edifique un templo en Jerusalén de Judá. El que de vosotros pertenezca a su pueblo, que su Dios sea con él, que suba a Jerusalén de Judá, a reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén. Y a todos los que hayan quedado, en el lugar donde vivan, que las personas del lugar en donde estén les ayuden con plata, oro, bienes y ganado, además de las ofrendas voluntarias para el templo del Dios que está en Jerusalén».

Entonces, los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos a quienes Dios había despertado el espíritu, se pusieron en marcha hacía Jerusalén para reconstruir el templo del Señor.

Todos los vecinos les ayudaron con toda clase de plata, oro, bienes, ganado y objetos preciosos, además de las ofrendas voluntarias.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R. El Señor ha estado grande con nosotros.

Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión,

nos parecía soñar:

la boca se nos llenaba de risas,

la lengua de cantares. R.

Hasta los gentiles decían:

«El Señor ha estado grande con ellos».

El Señor ha estado grande con nosotros,

y estamos alegres. R.

Recoge, Señor, a nuestros cautivos,

como los torrentes del Negueb.

Los que sembraban con lágrimas

cosechan entre cantares. R.

Al ir, iba llorando,

llevando la semilla;

al volver, vuelve cantando,

trayendo sus gavillas. R.

 EVANGELIO
La lámpara se pone en el candelero para que los que entren vean la luz
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«Nadie ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.

Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.

Mirad, pues, cómo oís. pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

Palabra del Señor.