Martes de la vigésima semana de Tiempo Ordinario.

16-8-2016

PRIMERA LECTURA

Eres hombre y no dios; pusiste tu corazón como el corazón de Dios

Lectura de la profecía de Ezequiel 28, 1-10

Me fue dirigida esta palabra del Señor:

«Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor Dios:

Se enalteció tu corazón, y dijiste: “Soy un dios y estoy sentado en el trono de los dioses en el corazón del mar”.

Tú que eres hombre y no dios, pusiste tu corazón como el corazón de Dios.

Te dijiste: “¡Si eres más sabio que Daniel, ningún enigma se te resiste!

Con tu sabiduría e inteligencia, te has hecho una fortuna; acumulaste tesoros de oro y plata”.

Con gran habilidad para el comercio acrecentaste tu fortuna,; y por tu fortuna te llenaste de presunción.

Por ello, así dice el Señor Dios:

“Por haber puesto tu corazón como el corazón de Dios, por eso, haré venir contra extranjeros los más feroces de entre los pueblos.

Desenvainarán sus espadas contra tu brillante sabiduría y profanarán tu belleza.

Te hundirán en la fosa, y perecerás de muerte violenta en el corazón del mar.

¿Podrás seguir diciendo delante de tus verdugos: “Soy un dios”? Serás un hombre, y no un dios, en mano de los que te apuñalen?

Morirás con muerte de incircunciso, a manos de gentes extrañas.

Porque lo he dicho yo.” – oráculo del Señor -»

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Dt 32, 26-27ab. 27cd-28. 30. 35cd-36ab

R. Yo doy la muerte y la vida.

Me dije: «Los aniquilaría,
y borraría su memoria entre los hombres»
Si no temiese las burlas del enemigo
y la mala interpretación del adversario. R.

No sea que digan: «Nuestra mano ha vencido,
no es el Señor quien ha hecho todo esto».
Porque es gente que ha perdido el juicio,
y que carece de inteligencia R.

¿Cómo puede uno persigue a mil,
y dos poner en fuga a diez mil,
si no fuera porque los ha vendido su Roca
y el Señor los ha entregado? R.

El día de su ruina se acerca,
y se precipita su destino.
El Señor justicia a su pueblo
y tendrá piedad de sus siervos. R.

 EVANGELIO
Más fácil le es a un camello entrar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

-«En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos».

Al oírlo, los discípulos dijeron espantados:

-«Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Jesús se les quedó mirando y les dijo:

-«Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo».

Entonces dijo Pedro a Jesús:

-«Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar? ».

Jesús les dijo:

-«En verdad os digo: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros».

 Palabra del Señor.

Miércoles de la vigésima semana de Tiempo Ordinario.

17-8-2016

PRIMERA LECTURA
Libraré a mi rebaño de sus fauces, para que no les sirva de alimento

Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 1-11

Me fue dirigida esta palabra del Señor:

«Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza y diles:

“¡Pastores!, esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar las ovejas ?

Os coméis las partes mejores, os vestís con su lana; matáis las más gordas, pero no apacentáis el rebaño. No habéis robustecido a las débiles, ni curado a la enferma, ni vendado a la herida; no habéis recogido a la descarriada, ni buscado a la que se había perdido, sino que con fuerza y violencia la habéis dominado.

Sin pastor, se dispersaron para ser devoradas por las fieras del campo. Se dispersó mi rebaño y anda errante por montes y altos cerros; por todos los rincones del país se dispersó mi rebaño y no hay quien lo siga ni lo busque.

Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor: “¡por mi vida! – oráculo del Señor -; porque mi rebaño ha sido expuesto al pillaje, y a ser devorado por las fieras del campo por falta de pastor; porque mis pastores no cuidaban mi rebaño, y se apacentaron a sí mismos pero no apacentaron a mi rebaño, por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor:

Esto dice el Señor Dios: Me voy a enfrentar con los pastores; les reclamaré mi rebaño, dejaran de apacentar el rebaño, y ya no podrán apacentarse a si mismos. Libraré mi rebaño de sus fauces, para que no les sirva de alimento”».

Porque esto dice el Señor Dios:

«Yo mismo buscaré mi rebaño y lo cuidaré».

 Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

  EVANGELIO
¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

-«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:

“Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido.”

Ellos fueron.

Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.

Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:

“¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”

Le respondieron:

“Nadie nos ha contratado”.

Él les dijo:

“Id también vosotros a mi viña”.

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:

“Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.

Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:

“Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.

Él replicó a uno de ellos:

“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”

Así, los últimos serán los primeros y los primeros, últimos».

 Palabra del Señor.

Jueves de la vigésima semana de Tiempo Ordinario.

18-8-2016

PRIMERA LECTURA
Os daré un corazón nuevo y os infundiré mi espíritu

Lectura de la profecía de Ezequiel 36, 23-28

Esto dice el Señor:

«Manifestaré la santidad de mi gran nombre, profanado entre los gentiles, porque vosotros lo habéis profanado en medio de ellos.

Reconocerán las naciones que yo soy el Señor – oráculo del Señor Dios -, cuando por medio de vosotros les haga ver mi santidad.

Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra.

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.

Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios».

 Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 50, 12-13. 14-15. 18-19 

R. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará de todas vuestras inmundicias.

Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R.

EVANGELIO
A todos los que encontréis, llamadlos a la boda

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:

-«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que dijeran a los convidados:

“Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda”.

Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.

El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego dijo a sus criados:

“La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda”.

Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:

“Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de boda?”.

El otro no abrió la boca.

Entonces el rey dijo a los servidores:

“Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”.

Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos».

 Palabra del Señor.